Descripción o resumen: Primer principio de la Cerveza-Ficción: No hay principios. Ni siquiera finales. Nada que demostrar o sostener, ninguna moraleja. Y si por casualidad surge alguna, sería una moraleja con fecha de caducidad, de las que pierden el gas después de unas horas y pensadas de día parecen menos convincentes. Y nada convenientes. La cerveza-ficción no pretende explicar o criticar a la sociedad en que se crea, aunque puede, en casos muy especiales y fundamentados, ahogar por causas justas como la extensión del cierre de los bares o la rebaja del precio de las bebidas en los mismos. Se puede mentir, inventar y hasta deformar, porque si no dejaría de ser literatura para convertirse en autopista de la realidad, sociología de barra, filosofía de bar, metafísica etílica y noctámbula, en resumen: un coñazo. Y de eso ya tenemos bastante.