Descripción o resumen: En Espejos de humo el «patasendero» Candines, «que solo quería saber el paradero de su padre , apuró tanto la vida solo para ver si lo encontraba». También en esta Soledad, hecha de vidas de tinta y así no siempre es fácil decidir «dónde está la verdad y dónde la fábula», subyace la orfandad y el rastreo del padre perdido, como en las mejores historias de Stevenson. Y en ese cambiar de cielo que es todo viaje, sea de huida o de búsqueda, bajo el horizonte cargado de presagios de un hexámetro horaciano, «la vida nos trae y lleva como a reata de ciegos», según dice un personaje de la trama. Moisés Pascual Pozas, que había escrito Las voces de Candama y Espejos de humo en un recio, poderoso castellano, vibrante por el sonido sin concesiones de su prosa, la enriquece aquí con los registros y los lenguajes de allende y aquende el océano, en una aventura bien trabada y orquestada, en que las palabras pueden azotarte el rostro como esa «agua enojada y bien esquiva que llaman aguacero». Pero en esa vida, que «reparte caricias y mazazos de manera ciega», aparece el amor en la primavera del otoño, y toca al lector decidir dónde se halla la dudosa línea fronteriza entre «la impostura y la verdad, lo vivido y lo inventado».